Llevaba roto unos meses, quizás incluso años. Con la pandemia de por medio es difícil acordarse. Allí en medio, oxidado, sin terminar de caerse. Hasta que un día, suponemos que por evitar un potencial peligro, alguien lo quitó. Y así se quedó el viejo tablero, sin el aro al que llevaba pegado toda su vida, que aunque roto y oxidado, seguían haciendo juntos una canasta en la que se podía jugar. Pasaron varios meses más hasta que algunos padres y madres empezaron a preguntarse ¿lo va a reparar el ayuntamiento? ¿lo tiene que hacer el colegio? ¿o es tarea de la AMPA? ¿quién es responsable? Hasta que algunos pasaron de comentarlo a la salida del cole a la acción.
Según preguntes te contarán una historia u otra, pero debió suceder más o menos así. Se informaron de si el ayuntamiento, encargado del mantenimiento, lo iba a reponer. Cuando quedó claro que nada iban a hacer, llegaron varias ideas “pues venimos un día y lo ponemos”, “en un momento lo tenemos”. Pero no fue tan sencillo: unos pidieron permiso de la dirección para poder instalar un nuevo aro, otros solicitaron a la junta directiva de la AMPA que corriera con los gastos, y una vez obtuvieron luz verde uno fue a comprar el aro, otro dio varias manos de pintura al tablero y otro lo instaló. Así, aunque no se pueda decir quién exactamente consiguió que la canasta se arreglara, podemos decir que la tribu lo consiguió.
Y así pasa con tantas cosas en nuestra querida escuela y en la AMPA. Hay errores que cualquiera puede detectar, muchas cosas a mejorar, incluso comentar con otras familias, pero algunas personas se ponen manos a la obra para solucionarlos o para proponer nuevas cosas.
En la Asociación de Madres y Padres de Alumnos (AMPA) de Cervantes hay muchas personas activas. Unas más y otras menos, todas contribuyen de alguna forma, según su disponibilidad y capacidad, a que la escuela sea un lugar mejor. Es imposible referirnos a cada una, pero todas hacen posible que muchas cosas funcionen. No somos perfectas, todo es mejorable, pero aquí seguimos. Tanto las que ahora están activas como las que nos precedieron, que consiguieron, sin ir más lejos, hace casi 20 años, que el patio donde está la renovada canasta pasara de ser una funeraria municipal al espacio del que disfrutamos actualmente. O hace menos, que la calle frente al cole se convirtiera en peatonal.
Este año ha supuesto la vuelta a las extraescolares a pleno rendimiento, ampliando la oferta, y volver a jugar en competiciones escolares de baloncesto, heziki y atletismo. Es una alegría ver la escuela llena de nuevas actividades. También hemos estrenado logotipo para el cole y la AMPA, ha vuelto a abrir la biblioteca y ha empezado a funcionar el grupo de acogida para facilitar la llegada de nuevo alumnado, entre otras muchas cosas como el trabajo habitual de las comisiones de comedor, instalaciones, comunicaciones, aula matinal, o convivencia por citar algunas.
Si no puedes en solitario, llama y júntate con la tribu, que quizás así podamos mejorar las cosas codo con codo.