El colegio público CEIP Cervantes en Bilbao, en colaboración con su AMPA, han desarrollado el proyecto “Aire renovado, aulas más seguras” para mejorar la ventilación en sus aulas mediante mediciones de CO2 como medida preventiva para reducir el riesgo de contagio por COVID-19. Los resultados muestran que las condiciones aprobadas por el Ayuntamiento para la licencia de derribo de BAM, que tiene previsto realizarse frente al colegio y que proponen ventilación intermitente de 10 minutos cada hora, son insuficientes para ventilar adecuadamente las aulas.
Actualización: consulta todas las mediciones que hemos realizado.
El Área de urbanismo tiene estos días que emitir nuevo informe sobre la licencia de construcción del nuevo edificio. Esperamos que tengan en cuenta las nuevas evidencias científicas y las últimas recomendaciones sobre ventilación del Gobierno vasco.
Como la evidencia científica ha puesto de manifiesto, y recientemente la OMS ha reconocido, el coronavirus SARS-Cov-2 se transmite principalmente por el aire. El aire respirado por una persona contagiada de COVID-19, las partículas en suspensión (denominadas aerosoles, susceptibles de contener el virus) puede infectar a otras personas que lo inhalen. Por eso es tan importante conseguir la ventilación adecuada de los espacios cerrados, para prevenir respirar aire potencialmente contaminado.
Más CO2 en un espacio cerrado es indicativo de una peor ventilación y renovación de aire. Por ello, medir la cantidad de CO2 en el aire informa sobre si un espacio ha sido correctamente ventilado. En los espacios cerrados, según las recomendaciones de los expertos, no deben superarse como regla general valores que sobrepasen las 700 ppm (partes por millón) de CO2 en el aire.
El proyecto, que comenzó el pasado mes de enero, ha medido la mayoría de espacios del centro escolar. Después de esta fase inicial se está instruyendo al profesorado para mejorar las situaciones de mayor riesgo detectadas. Actualmente se está realizando una nueva ronda de mediciones para poder evaluar la situación actual.
En la primera fase varias aulas superaron los niveles recomendados, llegando en una ocasión a valores de 1.700 ppm. Pese a que las ventanas de las aulas siempre permanecieron abiertas, estas altas concentraciones tenían su causa en que la puerta había estado cerrada, lo que impedía la ventilación cruzada.
El plan de contingencia del CEIP Cervantes ante la COVID-19 indica que: “las ventanas de las aulas y los pasillos estarán siempre abiertas en posición oscilobatiente durante las sesiones lectivas para permitir la ventilación constante (…). Las puertas de las aulas permanecerán abiertas para permitir la ventilación cruzada”. Una medida que es acorde con la guía publicada por el Gobierno Vasco, Guía para reducir el riesgo de transmisión del SARS-Cov-2 por aerosoles en centros educativos, el pasado enero.
Sin embargo, desde la corporación municipal se ha dado visto bueno a la licencia de derribo de BAM frente al colegio, que aboga por la ventilación de 10 minutos cada hora. La concejala de salud Yolanda Díez dijo en la comparecencia municipal del 13 de abril que ventilar 10 minutos entre clase y clase era suficiente para renovar el aire, algo que contradice las propias recomendaciones del Gobierno Vasco y las autoridades científicas, como dejaron por escrito en esta carta de apoyo a la comunidad escolar del Cervantes “ventilar 10 minutos cada hora es insuficiente para mantener una renovación de aire adecuada y supone multiplicar por tres o incluso por cuatro la probabilidad de contagio”.
Metodología
Se están usando un medidor de CO2 con tecnología NDIR, como recomienda la iniciativa Aireamos.org, que es la suma del trabajo de muchas entidades como el CSIC, o las universidades de Castilla-La Mancha, Zaragoza o la de Colorado en EE.UU.
En las próximas semanas la AMPA tiene planeado publicar todos los análisis y datos de CO2 realizados para ayudar y animar a otras AMPA a crear centros escolares más seguros.
