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Monumento a las madres y padres desconocidas

Bueno, el título puede confundir porque desconocidas no son, basta con acercarse a cualquier reunión para encontrárselas. Y más que un monumento es un texto para homenajear a todas las personas que han pasado por la asociación de madres y padres de alumnos, también llamada AMPA. Pasa en muchas organizaciones, pasa muchas veces en la vida, hay cosas que funcionan, pero no te das cuenta de quién está cuidándolas y dedicando su tiempo para que se hagan realidad. Te sueles dar cuenta cuando desaparecen.

El otro día, en una reunión de la comisión de instalaciones nos enteramos algunas de que el espacio que ahora ocupa el patio de fuera del Cervantes había sido antes la funeraria de Bilbao. No se convirtió por arte de magia en un patio, hubo que lucharlo. Y tirando del hilo surgieron otras preguntas ¿qué cosas ha hecho el AMPA en todos estos años? ¿sabéis quién organiza las extraescolares, la fiesta de fin de curso, la colonias, la acogida matinal, los autobuses de las excursiones o el día del libro? Y todavía hay mucho más.

Entras a participar en la asociación, pero es como si no tuviera una historia previa. Así que pensamos desde la redacción de la revista que tirar de ese hilo era una buena oportunidad para hacer repaso y escribir una pequeño relato de las cosas más importantes que han pasado. Nos hemos acercado a escuchar las historias de Sofía e Irene para conocer de primera mano a dos personas que han aportado mucho a la historia del AMPA.

Sofía Santos ya lleva varios años fuera de la escuela pero aún recuerda con ilusión su etapa en el AMPA, unos 10 años. Lo primero que le viene a la cabeza fue la lucha por conseguir el patio exterior –“una tarde cortamos la carretera para reclamar con más fuerza el espacio que ocupaban los locales de la Misericordia, niños pintando con tiza en el suelo y padres con silbatos… y al final lo logramos (en el 2007) gracias a la perseverancia de los que entonces estaban en la Asociación”. Entonces fue cuando aquella AMPA comenzó a asentar los cimientos de la estructura de la asociación que conocemos hoy día y se crearon muchas de las actividades actuales como la acogida matinal, y más extraescolares como el baloncesto, multideporte, manualidades…, se empezó a controlar más las comidas escolares, la relación con el barrio… hablamos del año 2005 aproximadamente, año en que se celebró el centenario de la escuela.

Pero su verdadera andadura comenzó como miembro del Consejo escolar de casualidad porque una madre buscaba con urgencia más participación en este órgano, y así entró en el AMPA. Poco a poco fue involucrándose en las diferentes actividades del proyecto de convivencia (proyecto que vio nacer y en el que estuvo prácticamente toda su “vida escolar”) organizando charlas para padres/madres, tardes de comercio justo… y en comisiones como la del observatorio para la convivencia. Recuerda cómo se les ocurrió a Viki y a ella la idea de realizar una revista escolar con la idea de que toda la comunidad escolar tuviera conocimiento de las diferentes actividades que se realizaban, las diferentes opiniones, sugerencias, etc con la participación de todos a fin de que mejorara la convivencia entre los distintos sectores escolares. Al principio era una por trimestre. Y a partir de ahí se crea Txungiflop, la mascota del cole, el logotipo del AMPA, el concurso “gure auzoa, gora begira”… llegando a conseguir un premio en el concurso de buenas prácticas organizado por BIGE.

También recuerda cómo vivió toda la reestructuración del AMPA con el entonces presidente Pablo Gardeazabal. Se cambiaron los estatutos y se creó la Junta Directiva, de la que pasó a formar parte como tesorera, “ ¡cuántas horas al teléfono para reclamar impagos y conseguir subvenciones! Lo controlaba todo: Acogida matinal, auxiliares de dos años, extraescolares… pero no hubiera podido hacerlo sin la ayuda del resto de padres/madres que colaboraban en las diferentes comisiones del AMPA”

Participó en la organización de las fiestas escolares, fue responsable de la actividad de montaña llevándose a los niños al monte una vez al mes e incluso algún fin de semana junto con la federación. Fue voluntaria acompañando a las salidas extraescolares que organizaba Panpotx (patinaje, Zuatza), y un montón de actividades más… hasta que empezó a “quemarse” porque no terminaba de cuajar el relevo y pocas personas se acercaban a colaborar.

Finalmente no le quedó otra que dejarlo porque sus hijos ya pasaban a otra etapa pero siempre recordará con cariño todo el tiempo invertido, las actividades realizadas y, sobre todo, todas las amistades creadas, porque si hay algo que de verdad añora son las relaciones humanas que se entrecruzaban en reuniones, asambleas, en los pasillos, en el patio, en las fiestas y, por qué no decirlo, en alguna cena que otra. Fueron muchas experiencias y algunas muy intensas. Pero algo tiene claro “estoy segura de que mereció la pena”.

Irene Mendoza lleva 12 años como madre de dos hijos en el centro. Estudió aquí toda la EGB, y su madre antes que ella. Llevan en el barrio y en el colegio toda la vida. Recuerda la renovación del edificio cuando estaba en 6º, era 1985. Hasta entonces el patio de arriba era un palomar y el de abajo se inundaba constantemente. Se tiró el colegio entero por dentro y se trasladaron temporalmente a la escuela de hostelería en Artxanda. Los edificios necesitan mantenimiento constante y a veces grandes obras de renovación. [Justo estos días por fin se ha aprobado la reparación de la cubierta, que tantos problemas de goteras ha dado esto ultimos años, gracias a la insistencia de la dirección del centro y el AMPA]. Recuerda que cuando estaba ella las actividades extraescolres no se pagaban y que a la piscina se iba dos veces a la semana durante dos años. Ahora van un día a la semana durante un año. No lo llaman recortes pero lo son. Repetidas veces volvemos sobre el mismo tema: la educación pública necesita más recursos y apoyo ¿os suenan de algo las huelgas de estos últimos tiempos?

Ha sido secretaria y presidenta del AMPA. Recuerda con alegría cuando les dieron en Donostia el premio por la revista que ahora tienes entre manos, un esfuerzo colectivo entre el profesorado, alumnado y madres y padres. También está involucrada en el área de instalaciones del consejo del distrito del ayuntamiento. De ahí surgió, por ejemplo, la instalación del parking de bicis que tenemos a la puerta del colegio. «Si no vas, si no te enteras y no pides, si no te implicas, si no trabajas en equipo y no te convences de que se pueden hacer cosas, no se consigue nada» señala. Hay que trabajar y luchar.

Cuando le pregunto qué le quedaría por hacer me cuenta que una de las cosas pendientes sería conseguir un salón de actos, pero ya no hay espacio físico en el edificio. Recuerda que antes se usaba para hacer teatro el salón de actos de la parroquia de San Francisco Javier. Sugiere que se podría trabajar desde el consejo de distrito desde la parte de cultura. Es fácil imaginar un colegio público haciendo uso de los diferentes recursos que ofrece el barrio. Se le queda en el tintero también la idea de organizar una comisión sobre cómo gestionar cosas relacionadas con la violencia de género ¿alguien se anima a coger el relevo?


Este texto se publicó en la revista Berri Berriak del curso 2016-2017 que todos los años editan y publican AMPA y profesorado conjuntamente. Puedes ver las revistas de años anteriores.

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